POR LAS calles de La Antigua, asentada en el
puerto de Veracruz, deambulan hombres, mujeres y niños con facciones gruesas y
labios anchos, pero con ojos claros resultado de las tres raíces mexicanas:
indígena, española y africana. Aquí, donde viven los descendientes de Hernán
Cortés, los vestigios materiales de la fundación de la Vera Cruz resisten el
paso de 500 años bajo el resguardo de la naturaleza.