”Mi objetivo es divertir, entretener para yo estar divertido y entretenido, si algo de lo que hago sirve para mejorar una vida o varias ya es ganancia”, dice el actor Jerónimo Rabell Catalá.
“Ya que a la tumba solo se lleva el recuerdo y se acordarán de ti solo a los que les tocaste, aunque sea solo una de sus fibras íntimas”, dice el director artístico de El Corral de Comedias.
Francisco Jerónimo Rabell Catalá nació el 28 de junio de 1987 en Querétaro, recuerda que disfruto en su niñez a jugar “las escondidillas, el camino de la jungla, las trais, videojuegos y juegos muy teatrales ya que teníamos a la mano todo, espadas, vestuarios, luces, humo”.
Jerónimo Rabell explica que estudio circo, clown, teatro, títeres, producción escénica y circense, de manera autodidacta en su mayoría.
Indica que lo que más le gusta de su trabajo como actor de teatro, es “poder expresar mi locura en su forma más pura y poder vivir de ello”.
“Magníficamente loco, rebelde, contestatario, pero también generoso, honesto y honrado y muy enojon ante los abusivos”, es como de describe Francisco Jerónimo Rabell Catalá
Una de las cosas que le apasionan a Jerónimo Rabell sino fuera actor, es cocinar, “si no fuera actor, cocinaría para vivir, es mi segunda pasión y no tengo platillo favorito, hay favoritos como pizza, falafel, guisos mexicanos, pollo al curry y comida china”.
Jerónimo Rabell comparte como combina el trabajo con su familia, “para mi la familia y el trabajo van de la mano siempre, ya que todos nos dedicamos al ámbito escénico. Difícil, pero agradable poder trabajar en familia, ya que los fines de semana, si no es teatro, es cocina del teatro o algún viaje o fiesta”.
Indica que la mayor satisfacción que le ha dejado el teatro es, “si no fuera payaso, sería un loquillo suelto, las mejores experiencias son muchísimas, pero se vienen a mi mente las personas que afirman haber perdido un miedo gracias a mi personaje y los que confesaron que no se quitarían la vida porque vieron en mi personaje que siempre hay alguien al que le pueda estar yendo peor que a uno y la peor experiencia, ser discriminado por autoridades por no cumplir con sus estándares de estética y ser señalado sin conocimiento de causas”, explica Jerónimo Rabell a quién le gusta el color verde y rosa, los cuales utiliza cuando sale a escena.